Teo Planell

Teo Planell lleva tres años preparando su disco de debut, tiempo en el cual le dió tiempo a reformular su discurso y publicar un EP, “Aún no existía Betarice” (Interscope Records, 2024), que desemboca en “Demian” (Interscope Records, 2025). 11 canciones que empezaron a grabarse en el centro de Madrid y se acabaron en la sierra, en los estudios El Royale acompañado de algunos de los músicos que están definiendo la música pop española de 2025. Recién cumplidos los 21 años, con una floreciente carrera actoral -su último trabajo: su personaje en la obra de teatro “La otra bestia”, basada en un texto de Ana Rujas- y su primer disco publicado por una de las discográficas más prestigiosas del planeta, el futuro parece brillar intensamente para él. “Demian”, al igual que la novela de Herman Hesse en la que se inspira, es un disco de formación. Habla de cómo aprender a vivir, del principio de un nuevo mundo después del primer gran amor. Algo se rompe y entre tanta intensidad uno entiende qué significan cada uno de esos trozos y los recompone. Surge un nuevo yo. “Demian” podría ser el disco de ruptura más esperanzado de su generación. Un disco que narra el encuentro de uno mismo en los confines del amor. “Demian” es también una respuesta a una pregunta capital para cualquier músico que busque cierta trascendencia: ¿Cómo hacer canciones legítimamente modernas, bien compuestas, clásicos fechados en 2025? En ese sentido, el debut largo de Teo Planell podría ser la banda sonora de “La futura antigüedad” de Jennifer Michael Hecht. Un compendio de nuestros tiempos -desde lo más íntimo a los temores apocalípticos acumulados por todas las generaciones vivas- para ser leído desde mañana mismo. “Demian” suena como un clásico que está pasando. Pueden encontrarse en él huellas de Todd Rundgren, Beach Boys o los primeros Bee Gees, así como de Prefab Sprout, Arcade Fire, los Radiohead del “Kid A”, Grizzly Bear… todo el pop interesante desde los 60 hasta hoy -no hace falta esperar tres décadas para entender como clásicos a Frank Ocean, Adrianne Lenker o Ralphie Choo-, un linaje que Teo Planell continua con un brillo que es propio y colectivo a la vez. Y es que la mayor influencia que planea en todo “Demian” es un espacio físico. El estudio El Royale. Un pequeño oasis en la sierra de Madrid creado por el propio Teo Planell acompañado de Roy Borland, Tristán, Azuleja, Yero G, Nu?, un colectivo de músicos intercambiando ideas para componer música pop clásica con hechuras nuevas. El disco está lleno de ejemplos pero “Al final” podría funcionar como la explicación perfecta de esta tesis. Teo Planell preguntando ante un abismo “¿Qué he hecho mal?” acompañado de un coro de voces procesadísimas cuya respuesta aparece como una ola gigante hecha con instrumentos de bosque refrescándolo todo. Lo nuevo y lo viejo mezclando sus páginas en una biblioteca líquida en cuya puerta de salida se repite: “Hoy se abre el mundo para mí”. La última frase de un disco que, igual que las grandes obras, abre más puertas de las que cierra.